domingo, 9 de junio de 2013

¿Quién ganará las próximas elecciones presidenciales en El Salvador?

¿Quién ganará las próximas elecciones presidenciales en El Salvador?      

 Autor: Salvador Enrique Rodriguez González

En El Salvador habrán elecciones en el 2014 y a menos que surjan sorpresas, un ex comandante guerrillero; un odontólogo que se hizo político de carrera y un locutor deportivo, a la vez ex Presidente de la República,  disputarán la elección. ¿Quién ganara? Quizás sea muy temprano para vaticinarlo, pero vale la pena reflexionar sobre algunos aspectos de nuestra realidad, que incidirán en el resultado final.

Si vemos la desculturación que sufre el país; la pérdida de valores en la sociedad y la pre-valencia de la forma sobre la sustancia, no cabe duda que estas serán las variables clave para la población, al momento de votar y las que cada contendiente debera considerar como prioritarias, en su campaña.

Por otro lado, el CAMBIO acelerado que sufre nuestro país, está derribando los pilares de nuestra idiosincrasia: hoy matar, significa noticia lucrativa, que todos buscamos en noticieros; la Corrupción vuelve ciudadanos ilustres a los corruptos; los funcionarios no necesitan requisitos de idoneidad, ni tener competencias mínimas; las violaciones de niñas, por padres y maestros se ha vuelto una moda; hoy ser honesto, respetar la ley y reclamar derechos, es casi patrimonio de los tontos. ¿Quién puede cambiar esta triste realidad? Solo dios lo sabe, de lo que si estoy seguro, es que ningún presidente por sí solo, podría lograrlo.    

El viejo paradigma, que al campesino debía mantenérsele analfabeta, para evitar que pensara, y reclamara sus derechos, se ha modernizado; hoy se promueve la forma sobre la función, como método eficaz para que la gente deje de pensar y analizar los temas trascendentes, para el futuro del país; por ello, se promueven discusiones sobre temas intrascendentes, que nos mantengan ocupados en discusiones estériles y sin agregar valor. Muchas plumas y mentes brillantes, son utilizadas para mantener el show.

Quizás el daño más grande que hacemos a la sociedad, es robotizar a la juventud. Cuando vemos programas juveniles en TV con gente guapa, hablando en caliche y sin siquiera poder leer el teleprompter; analistas políticos hablando idioteces y entrevistadores vendiéndose al mejor postor. Nos hace recordar la "Ecuación," de Marshall McLuhan: "el medio es el mensaje".

En cualquier sector que analicemos, se nota la pre-valencia de la “forma sobre la función”.
Envoltorios bellos conteniendo productos malos; películas “best seller” con animaciones fabulosas, que no transmiten algo de valor; gimnasios llenos de gente moldeando cuerpos, mientras las bibliotecas permanecen vacías; redes sociales con frivolidades y sin contenidos importantes; universidades anunciándose igual que las telefónicas, pero sin invertir en conocimiento, ni tecnología actualizada…etc. Todo esto nos lleva a concluir, que en nuestra sociedad, la forma supera a la sustancia en forma acelerada.

¿Qué tiene que ver esto en las elecciones presidenciales?
Lastimosamente, la forma prevalecerá sobre la sustancia. Para la gente será más importante “como lo digan” que lo “que propongan” los candidatos; esto lo dominan muy bien los políticos, por ello nada cambia entre discursos de diferentes candidatos: salud, educación, empleo, seguridad y hoy programas sociales. No es que sean poco inteligentes para innovar y diferenciarse, saben que para el elector, será más importante la forma en que su candidato: habla, viste, se peina, se mueve en el escenario, luce en las fotografías, se comporte como si ya hubiera ganado, no luzca estresado, sea simpático, aparezca relajado y sonría mucho. No importa su presente o su pasado, mucho menos sus competencias para liderar la organización más compleja del país, el GOBIERNO.


¿Quién ganará las elecciones presidenciales en marzo? Si se cumple nuestra reflexión y la “forma supera a la sustancia” resultara fácil ir perfilando al ganador, de acuerdo a lo que haga y como lo cuente. 
Duro aceptarlo para muchos , pero es la realidad que todos construimos a diario, por acción u omisión.

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